El post de hoy está dedicada a una marca mítica y que me encanta. Converse es una compañía estadounidense de zapatos que mantiene operaciones desde principios del siglo XX.
El fabricante de zapatos de caucho Marquis Mills Converse abrió su primera fábrica en Massachusetts, en 1908. Los diseños sencillos y cómodos de Converse pronto ganaron muchos seguidores, pero fue una década después cuando comenzó su verdadero estallido o su gran momento, al incluir la lona en la manufactura de sus productos, pues éstos se hicieron mucho más resistentes y adecuados para el baloncesto, deporte que los adoptó como sus zapatos oficiales.
Y fue precisamente una figura del baloncesto quién se convertiría en el sello e imagen de Converse durante los siguientes 50 años: Chuck Taylor, estrella de la época que siempre demostró su preferencia por estos zapatos deportivos y que no solo se convirtió en el embajador que llevó la imagen de Converse por todos los lados del mundo y de Estados Unidos hasta su muerte en 1969, sino que, incluso, desde 1923 los adoptó como suyos al aparecer un parche con su nombre y símbolo en el área del tobillo de los zapatos.
A partir de ese momento, la línea sería conocida como Chuck Taylor All Star Converse, pero el pueblo simplemente las llamaría all star. Cuando se profesionaliza la NBA, las exigencias de los equipos aumentaron y Converse tuvo que dejar su clásico color blanco y negro para adaptarse a las nuevas épocas y aportar los diseños coloridos y vistosos.
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