Aquel a quien se llamó "El mago del maquillaje" es un hito en si mismo. Con poco más de veinte años, en 1894, abrió una tienda en Moscú, donde elaboraba y vendía sus propias cremas, barras de labios y fragancias. Buscando un cambio, emigró a Estados Unidos y, tras un periplo por varios estados, se instaló en la ciudad que sería testigo de su éxito mundial: Los Ángeles.
Allí, lo primero que hizo fue crear una línea básica de maquillaje teatral para sustituir la pasta espantosa que se usaba hasta el momento. Gran experto en maquillaje cinematográfico, fue autor de grandes hitos, como la elaboración de pelucas, el maquillaje corporal, así como ciertos productos que lo facilitaban: tinte que simulaba sangre, pegamento especial para bigotes, patillas, etc.
En 1914 lanza su primer maquillaje cinematográfico, una crema coloreada y flexible que dejaba una fina capa sobre la piel. Todas querían maquillarse con él: Greta Garbo, Joan Crawford, Maureen O´Sullivan, Loretta Young, Marlene Dietrich, Jean Harlow, Barbara Stanwyck, Claudette Colbet, Ginger Rogers, Katharine Hepburn, Lucille Ball, Lana Turner, Lauren Bacall, Joan Fontaine, Deborah Kerr, Liz Taylor...
En su tienda-laboratorio inventó cosas para ellas: el Pan-Cake, el primer maquillaje compacto, el Brillox Spray, un vaporizador para dar luminosidad al pelo, el Tru-Color, una barra de labios indeleble y no irritante, el panstick, un maquillaje en barra, de aplicación muy sencilla.
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