lunes, 26 de octubre de 2015

Rímmel; belleza para tus pestañas

Este post está dedicado al Rimmel.


Un experto y visionario perfumista llamado Eugene Rimmel viajó desde su Francia natal hasta lo que en 1934 era la cuna del comercio, la londinense zona de Bond Street. Allí, desde muy joven, desarrolló varios productos de belleza, germen de muchos de los que usamos a diario en este siglo.

A su muerte en 1887 sus hijos heredaron el imperio y la sabiduría y comenzaron una línea completa de maquillaje, con especial interés en la belleza de las pestañas. Una cajita con un mejunge negro (estudiada mezcla de vaselina y carbón) y un cepillito fue el génesis del rímel, palabra con la que se conoce a la máscara de pestañas en español, portugués, griego, turco, rumano...

Alguien al otro lado del océano, llamado T.L. Williams, creyó que aquello había sido idea suya y en 1913, respondiendo a los deseos de su hermana Maybell, creó algo bastante similar. Fue el primer producto de una línea de maquillaje que se haría archifamosa: Maybelline New York.

1957 fue el año más importante para este producto. Fue cuando Helena Rubinstein pasó de ese emplasto a una textura tipo loción cremosa. Lo metió en un tubo, ajustó el cepillo dentro a rosca y voilá! ahí nació el rímel que usamos a día de hoy.

Lo llamó Máscara-Matic. Más tarde, la misma Rubinstein inventó la máscara de pestañas waterproof, por expreso deseo del equipo norteamericano de natación sincronizada.

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